Cómo cuidar las Margaritas
Las margaritas tiene hojas obovado-espatuladas, crenadas o dentadas, y flores hemiliguladas de 5,5-8,5 mm. Las flores son blancas, a veces teñidas de púrpura, y los flósculos son amarillos.
¡Claro! Las margaritas son plantas populares con una gran variedad de especies y colores. Aquí tienes algunos tipos de margaritas:
Margarita Shasta (Leucanthemum Superbum): Originaria de los Pirineos, es resistente al frío y florece en verano. Sus flores son grandes y blancas.
Equinácea púrpura (Echinacea purpurea): Lilas con un centro naranja o rojizo. Puede alcanzar hasta dos metros de altura.
Margarita común (Bellis perennis): La clásica margarita blanca que imaginas. Florece en primavera y verano.
Rudbeckia (Rudbeckia hirta): Vistosa, con pétalos anchos y coloración burdeos y anaranjada.
- Luz y ubicación: Las margaritas prosperan con luz solar directa. Busca un lugar soleado en tu jardín o colócalas cerca de una ventana en interiores. Si las cultivas en macetas, asegúrate de que reciban suficiente luz.
- Riego adecuado: Mantén el sustrato húmedo pero no empapado. Riégalas cuando la capa superior del suelo esté seca al tacto. Evita el estancamiento de agua, ya que las raíces pueden pudrirse.
- Suelo y drenaje: Utiliza un sustrato bien drenado y enriquecido con compost. Las margaritas prefieren un pH ligeramente ácido a neutro. Asegúrate de que las macetas tengan agujeros de drenaje.
- Poda regular: Retira las flores marchitas para estimular la floración continua. También puedes recortar las ramas largas para mantener una forma compacta.
- Prevención de plagas: Inspecciona las hojas en busca de signos de plagas como pulgones o ácaros. Trata cualquier problema temprano para evitar daños mayores.